“No se trata de convencer, sino de convivir”. La era post-persuasión

Resumen

Este artículo analiza críticamente la definición usual de la retórica argumentativa en relación con la persuasión, desde su origen griego hasta la definición de los neoretóricos, a partir del Tratado de la argumentación (1958) de Perelman y OlbrechtsTyteca. El estudio se apoya sobre el modelo “Question-Réponses” para poner en cuestión la ecuación establecida “discurso argumentativo=discurso de opinión vs discurso de verdad” que atraviesa desde la retórica de Sócrates y Aristóteles hasta Perelman. En oposición a esta predominancia concedida a lo persuasivo, el artículo adopta una perspectiva dialogal en la comprensión de la argumentación e invita a prestar mayor atención a la variedad de situaciones de confrontación de conclusiones. Esta redefinición implica que cada uno de los discursos en oposición constituye un analizador del otro, son entre ellos gemelos antagonistas. De esta manera, la argumentación constituye un espacio donde se desarrollan los discursos ofreciendo respuestas contradictorias a una cuestión controvertida; ella se define ya no como obrera de la persuasión o del consenso sino como método de gestión de diferencias de opinión y representación. En conclusión, el trabajo sostiene que la retórica argumentativa no se define necesariamente en relación con la persuasión, que es más bien una función del lenguaje que sobrepasa los estudios retóricos o argumentativos y constituye el objeto de estudio de otras disciplinas científicas. La teoría de las interacciones invita a prestar atención, más allá de la mera persuasión, a fenómenos como la co-construcción de conclusiones durante el encuentro efectivo con el otro, así como a una función fundamental de la argumentación: ofrecer palabras a los conflictos, permitir la expresión y la profundización de las diferencias.